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¿Salir con un mujeriego o con una mujer coqueta?

Situaciones a las que te enfrentarás si decides salir con un mujeriego o con una mujer coqueta.


Probablemente no son tan atractivos físicamente, pero saben cómo hacernos sentir importantes, bell@s, interesantes y deseada@s. Tienen mucho carisma, discurso de sobra, soltura y hasta descaro. Sin duda, saben como llamar la atención, y si bajas la guardia, sabrán como conquistarte.




Es una gran pérdida de tiempo, energía y valoración:


Puede deberse a un trauma de infancia vinculado con una relación patológica con los padres, o bien, una o distintas experiencias negativas en relaciones anteriores. Lo cierto, es que sea cual sea la causa, no debemos desgastarnos al averiguarlo, pues algo es un hecho: el mujeriego y la coqueta ven a la otra persona como un objeto de placer que puede generarle un cierto interés hasta que cumpla el cometido de satisfacer con ella sus necesidades u objetivos para, acto seguido, poner su atención en otro ejemplar de la especie. Y así sucesivamente, como una historia sin fin.


Estas personas no tienen la capacidad de conectar con sus emociones, sino que las tienen anuladas, y mucho menos son capaces de empatizar y conectar con los sentimientos ajenos. Pueden ser muy galantes, amables y considerados en un comienzo, pero sólo para alcanzar su objetivo y no porque la persona en cuestión genere en ellos algo especial.








A no ser que tu único objetivo sea pasar un momento y divertirte, siempre perderás en el juego de ligar con un mujeriego o una coqueta. No entres en el espiral de “voy a hacerl@ cambiar” porque solamente estarás desperdiciando tu precioso tiempo.


A continuación te compartimos las tres razones por las que no debes entrar en el juego:


No llenarás sus vacíos:


Este tipo de personas tienen en el fondo un gran vacío existencial que nada ni nadie puede llenar. No comparte nada profundo con nadie. Tiene el comportamiento de cualquier adicto: sólo necesita saciar su deseo inmediato; no está en condiciones de brindar el mínimo trato de reciprocidad, empatía y respeto que cualquier relación implica. Esto sólo cambiará si la persona decide hacer algo al respecto, y ni tú ni nadie más tiene decisión sobre este punto.


Tu autoestima resultará muy dañada:


Relacionarte con una persona que no te contempla en lo absoluto y que sólo te ve como un objeto, sólo generará una degradación más profunda de tu autoestima. Es un hecho, que si te involucraste con una persona así, tu autoestima es muy baja y tu intuición nula.


Nunca serás el único ni la única:


Lo máximo a lo que puedes aspirar con este tipo de personas es a ser el engañad@ titular; sin importar las frases bonitas que escuches de su boca: “eres muy especial para mi", "contigo es tan diferente”, “siento cosas que nadie más me hace sentir”, “en otra situación serías la persona ideal”, etc., etc., asimila que no son más que eso: ¡Palabras!


Tú, mereces tener a tu lado a alguien que te dé la importancia que tú le das; que escuche lo que dices y que no tenga un manual de frases bonitas que encajan con cualquiera. Alguien a quien tus sueños, proyectos, inseguridades, alegrías y tristeza no le sean indiferentes. Alguien con quien puedas llegar a abrirte en totalidad y con confianza y con quien no tengas miedo a ser vulnerable. Mereces contar con un gran amor, que verdaderamente te valore en las buenas, las malas, las feas y en las peores. Con quien puedas mostrar tus sentimientos porque sabes que serán valorados y cuidados. Y donde jamás te sientas anulad@, despreciado, ni mucho menos devaluado o abandonado.


¡No intentes llamar su atención, no reclames nada...Créeme no vale la pena intentarlo!


Ocúpate de tu vida, de ser feliz, de tus asuntos, de tus emociones y de comenzar con nuevos proyectos.


Lo cierto es que todos, o casi todos, hemos sido presa fácil de este tipo de personas. Y el resultado, salvo escasas y discutibles excepciones, es siempre el mismo: Decadencia del amor propio, tener clara la falta de valía, llanto, sufrimiento, enojo, frustración y un duelo posterior que nos pudimos haber ahorrado.


¡Y no, no se trata de huir del amor para no sufrir! ¡Sino de entender que esto no tiene nada que ver con amor! ¡Se trata de evitar relacionarnos con personas que no están en condiciones de querer y respetar a otra persona!


Valeria Soria Arellano.

Directora Join to Date.



 
 
 

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