Viaje al mundo interior
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- 12 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 jul 2020
“Al cerrar los ojos, abrimos un universo tan extenso y fascinante como el cosmos, ¡conócelo!”

Cada noche, al terminar las labores cotidianas, o al despertar, antes de pararnos de la cama, tenemos la oportunidad de realizar un viaje que nos lleve a explorar nuestro mundo interior y desde ahí recargar la fuerza que necesitamos para llevar una vida plena y consciente. Tras cerrar los ojos, abriremos un espacio lleno de energía y movimiento que influye mucho más de lo que pensamos en nuestros planes, decisiones y actitudes en la vida. Unos cuantos minutos bastarán.
Lo primero que ocurrirá es que verás todo obscuro y cientos de pensamientos se desplegarán al instante pero si logras cruzar ese tráfico de pensamientos, descubrirás sensaciones corporales que contienen mensajes a descifrar donde se han imprimido tus vivencias y recuerdos. Conforme las vas detectando con atención, puedes aumentar su volumen y darles un significado que te conecten contigo.
Es justo lo que te gustaría percibir cuando le preguntas a una persona querida: ¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes? Y éstas se pueden volver las preguntas claves que necesitas hacerte a ti mismo para profundizar en este viaje al interior, ¿Cómo estoy?, ¿Cómo me siento?

Deja que las respuestas vengan de esas sensaciones que te llevan por ejemplo hacia tu pecho, tu estómago, tus hombros o tus piernas. Quizá sientas tensión o un hormigueo en algún lugar específico. Puede ayudarte también hacer un recorrido con tu mente, desde tus pies hasta tu cabeza.
Las emociones pueden explorarse así, sensaciones de opresión en tu pecho hablarán de angustia, tensión generalizada expresará el enojo o el coraje. ¿Cómo sentirías la tristeza, el miedo o la alegría?
En algún momento descubrirás el fuerte latido de tu corazón ya sea con sonido o con palpitaciones que en ocasiones se perciben en las puntas de los dedos. De ser así, ¿qué te dice tu corazón?
En algunas ocasiones, puedes acompañar este viaje al interior con la imaginación y las analogías. Por ejemplo, imaginar la casa de las “relaciones interpersonales” donde podrás recorrer las habitaciones donde se guardan los recuerdos de cada persona significativa en tu vida. La habitación de los abuelos, de tu papá, de tu mamá, de tu pareja, de tus amigos o de tus hijos y el cómo están decoradas con las experiencias que has vivido con ellos. Te sorprenderás de lo que puedes encontrar con esta simple analogía. El valor que tienen estas representaciones en tu historia de vida te ayudará a valorar y agradecer a cada persona como grandes maestros que han acompañado tu camino.
Y poco a poco, irás descubriendo que a través de estos viajes a tu interior puedes establecer una conexión muy poderosa que te ayude a comprender, mejorar y expandir tu vida cotidiana.
Es solo cuestión de cerrar tus ojos y recordar que un universo lleno de sorpresas está esperando por ti para ser recorrido.
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